
Desde que vi por primera vez una foto de este lugar, no tuve ninguna duda que lo visitaríamos. Y vaya que si lo hicimos.
Nos montamos una escapada de 4 días a Fez, vimos que estábamos a unas horas en coche y el final de la historia, ya lo conocéis. 😅
Para llegar contactamos con un transporte privado a través de nuestro Riad, en mi opinión, esta es la opción más cómoda.
Empleamos un día completo. Aunque para conocerlo es más que suficiente, sin embargo, recomendaría hacer alguna noche por allí e ir a conocer los alrededores. Nosotros nos quedamos con ganas de más, qué raro, verdad?.😃
Desde Fez se necesitan algo más de 3 horas en coche para llegar, es un poco paliza, sí, pero yo de ahí no me iba sin ir a ver ese pueblo azul de Marruecos que tanto había llamado mi atención.
Durante el recorrido pudimos llevarnos otra perspectiva de este país, hasta el momento completamente desconocida para nosotros.
Montañas, lagos y zonas verdes, cada poblado, cada kilómetro que recorríamos nos sorprendía más. Otra cultura, una manera diferente de vivir. ¡Qué pasada de contrastes!.


Chefchaouen, o lo que es lo mismo “The Blue Pearl“, es una de esas escapadas que no os dejará indiferentes.
Esta ciudad santa que se encuentra entre las montañas del Rif, fue fundada en 1471 a partir de un asentamiento bereber y no fue hasta 1920 cuando comenzaron a permitir la entrada a ella de no-musulmanes.
¿Lleváis calzado cómodo?, ¿batería de la cámara a tope?, venga pues vamos a saber un poquito más de este increíble lugar.
Qué podemos hacer:
Sin duda, lo mejor: pasear por la Medina a tu aire y disfrutar de las 1.000 tonalidades de color azul de sus fachadas. Está muy enfocado al turismo. Afortunada y desgraciadamente en los últimos años ha crecido notablemente su popularidad, aún así es un lugar único y espectacular.
Hay varias teorías del porqué pintaron todo el pueblo azul, a mí la que más curiosidad me produjo fue la de pintarlo así para ahuyentar a los mosquitos.

Nosotros empezamos una ruta circular desde la plaza Makhzen (dónde por cierto se ubica el parador de Chefchaouen, apuntadlo para hacer un “stop”), ascendimos por un pequeño callejón que nos llevó al interior de la Medina, llegando a una larga y estrecha calle llena de tiendas y puestos a ambos lados, regentados por auténticos artesanos. Por supuesto os enredarán para que compréis algunos de sus productos, ahora es cuando podéis sacar a relucir vuestras dotes del regateo, ya adelanté en el anterior post que nosotros somos unos auténticos desastres!.😂



Terminamos este ascenso en la zona de la cascada y los lavaderos. Fue muy curioso ver cómo enfriaban la bebida en las frías aguas del río Oued el Kebir que emana de las montañas del Rif. Es muy corriente encontrar a las mujeres lavando ahí mismo la ropa.

Habitualmente os encontraréis con campesinas que portan los característicos gorros de paja intentando pediros una foto mientras os sacan una propina. En menos de un segundo os veréis envueltos con el kit completo listo para fotografiaros.
Desde ahí, podéis comenzar a pie, el ascenso de unos 20 minutos que os lleva al mirador donde se encuentra la Ermita Española, construida en 1920 y desde donde obtendréis una fantástica panorámica.
Continuamos caminando y descubriendo rincones mágicos hasta que llegamos al centro neurológico; a la plaza Outa el Hamman, llena de restaurantes y cafeterías donde comer super barato y donde tomar un riquísimo café mientras disfrutas de la vida que se palpa en cada esquinita de esta plaza.

Desde allí, nos acercamos a la Alcazaba o Kasba otro lugar imperdible que visitar. La entrada cuesta 60 DH, se trata de una antigua fortaleza. Subir a alguna de sus torres, visitar las antiguas prisiones, son algunas de las cosas que podremos hacer durante la visita. Actualmente alberga un pequeño museo en su interior,que expone algunos objetos, trajes tradicionales, etc. Cuenta también con un pequeño jardín en el patio central.


Justo a continuación se ubica uno de los edificios más importantes de Chefchaouen: su Mezquita que data del siglo XV. Llama la atención su minarete octogonal. Al igual que ocurre con el resto de mezquitas el acceso no está permitido a los no-musulmanes.
Como os comenté al principio de este post, con un día es más que suficiente, pero si disponéis de un poco más de tiempo apuntad; el Parque Nacional de Talassemtane y hacer alguna de las rutas de trekking que ofrecen o disfrutar de las cascadas de Akchour. No se me ocurre un plan mejor. Reconozco que no las conocía hasta que llegamos allí, de haberlo sabido antes sin duda hubiéramos hecho un hueco para hacer un “ya de paso”. Aunque siempre hay que dejar algo por conocer para volver, ¿verdad?.
Hasta pronto,😉
Es un destino pendiente, sin duda vuestro post me ha aclarado dudas!
Me alegro que te haya despejado alguna duda! y sobre todo espero que te haya terminado de animar. Besos